" Los entrenadores son gestores del talento"
Leía a José Antonio Marina ( filosofo de actualidad ) y su constante referencia a la " inteligencia triunfante" y a la necesidad de identificarla. Para el autor,
talento es igual a esta capacidad inteligente de elegir metas valiosas, aprovechar los conocimientos adecuados, movilizar las emociones creadoras y aplicar la energía y tenacidad suficientes para alcanzar un fin.
Casualmente un articulo de prensa recogía recientemente una curiosa relación entre el deporte y la labor del entrenador como gestor del talento. De las muchas afirmaciones recogidas, no tiene desperdicio aquella que
sintetiza " nuestra labor no es motivar, sino NO desmotivar a los jugadores ".
Importante reflexion que engarza con una especie de quimera en la que a veces nos movemos, aquella que predica la posibilidad de generar un sentimiento de Motivacion en las personas ( extrínseca), cuando la única posibilidad de Motivación es la que nace de uno mismo. Por tanto, el papel a veces confundido de los gestores de Personas y de su talento debería estar bien definido, trabajar en la consecución de metas y Objetivos que las seduzcan,,,,y sean atractivos para las mismas.
El coaching tan útil en este proceso, sería una herramienta poderosa para ayudar a la identificacion de las metas y a alcanzar los pequeños Objetivos que las componen .
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Tim Galwey ,,autor del Juego Interior. Donostia |
El artículo se hacía eco de las palabras en el
Financial Times de Mike Forde, COO (director de operaciones) del Chelsea de
2007 a 2013. “Los entrenadores son gestores de talento”. Sí, una labor compleja
en la que el sueldo no es lo más importante.
El decálogo de Forde es el
siguiente:
1. El talento suele ir acompañado del ego. Cita
al coach Carlos Queiroz: “"Los mejores jugadores tienen un profundo
conocimiento de su carácter especial, de su talento único, que va más allá de
la arrogancia". En mi opinión, autoconocimiento sí, pero soberbia no. “Si
un dirigente solo quiere soldados obedientes tendrá que renunciar a ciertos
objetivos”. La experiencia demuestra que el verdadero talento no es egoísta; sí
tiene autoconfianza, pero es humilde.
2. Buscar talento que se quiera superar. “La
clave está en encontrar el momento en el que el jugador está a punto de
explotar” (Gregg Popovich, entrenador de los San Antonio Spurs). “Es cuando conocen
y aceptan sus límites, empiezan a escuchar, mejoran en los entrenamientos y aceptan
que deben cuidar su cuerpo”. Sí, pero no olvidemos que el talento es
“inteligencia en acción”, no potencial. Si no se ha puesto en valor, no es
talento.
3. Recompensar el sacrificio por el equipo.
Efectivamente, un equipo es un grupo humano que genera sinergias. Las
individualidades suelen ser antisinérgicas. Creo que más que sacrificio, es
predisposición inteligente. En los deportes de equipo, como en las
organizaciones, brillar sin obtener un logro colectivo es inteligencia
fracasada.
4. El talento no se domina. “Históricamente, a los entrenadores se
les compara con generales, pero en la actualidad se parecen más a directores de
cine que tratan de engatusar y convencer en lugar de mandar. El objetivo es
ganar, no enfrentarse a los egos”. Los coaches, como buenos líderes, han de ser
versátiles.
5. No es necesario motivar. “Nuestro trabajo es
no desmotivar a los jugadores, ponerles los retos y las metas que los grandes
talentos necesitan" (Carlo Ancelotti). Cuando se fue del Barcelona,
Guardiola lanzaba una reflexión parecida: "No es que no haya logrado motivarlos,
es que no he logrado seducirlos".
6. Confianza. “No es necesario que se lleven bien
o que sean amigos, sino que confíen en el talento del otro”. Pone como ejemplo
el Manchester United en la década de los 90, “en el que Teddy Sheringham y Andy
Cole se odiaban, pero sabían que podían confiar en el talento del otro”.
7. Enseñar al talento. ¿Esforzarse por los
incompetentes o dedicarse a las personas más valiosas? “Generalmente la gente
con más talento tiene gran capacidad de aprendizaje y deseos de mejorar”. Como
ejemplo, Arsene Wenger, coach del Arsenal, que ayuda a los jugadores a conocer
habilidades que incuso ellos mismos desconocían.
8. Precaución para reclutar. “Hay que ser muy
precavido a la hora de fichar nuevos talentos. .
9. Aceptar que el talento se va. “Las personas de
gran talento no quieren un trabajo para toda su vida. Las empresas son solo
vehículos para desarrollar su talento, a la espera de ir a un lugar mejor. Un
buen directivo debe buscar la productividad, no la lealtad. Un buen gerente
tiene que mantener el talento el mayor tiempo posible, mientras se prepara para
su salida.” Caso Anelka: en el Bolton en 2006, dos años después lo fichó el
Chelsea.
10. El pico de forma. “Un buen dirigente debe
calcular cuál es el pico de forma de los integrantes de sus equipos. Los
futbolistas suelen alcanzar ese tope sobre los 28 años, cuando las piernas aún
se mantienen jóvenes y la cabeza ya tiene experiencia”., era más concreto:
"El pico se alcanza tras jugar 300 partidos, estar en tres clubes y sumar
un gran éxito y un fracaso" (Frank Arnesen, director técnico del Chelsea).
“A partir de ahí comienza la decadencia, y el desgaste mental y físico. La
clave está en sustituir el talento antes de que se desgaste totalmente”.